Nuevas luces sobre la civilización maya: Población, urbanismo y territorio revelados por tecnología LIDAR

Gracias a la tecnología LIDAR, un nuevo estudio ha revelado que la civilización maya fue mucho más extensa y densamente poblada de lo que se pensaba. En regiones como el sur de Quintana Roo, se han identificado miles de estructuras y complejas redes agrícolas que redefinen nuestro entendimiento del urbanismo clásico. Este artículo explora los hallazgos más recientes sobre la organización territorial del antiguo mundo maya.

HISTORIA DE QUINTANA ROO

Proyecto Quintana Roo

5/14/20244 min read

Durante décadas, los arqueólogos han intentado reconstruir la magnitud y complejidad de la civilización maya en las tierras bajas del sur de Mesoamérica. Aunque el registro epigráfico y los vestigios monumentales daban cuenta de una sociedad desarrollada, existían grandes vacíos respecto a su organización territorial, densidad poblacional y estructura social en zonas menos exploradas. Hoy, gracias al uso de tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging), una herramienta que permite “ver” bajo la vegetación mediante escaneos aéreos, se han logrado avances notables en la comprensión del paisaje habitado por los antiguos mayas.

Una reciente investigación publicada en Journal of Archaeological Science: Reports, realizada por un equipo interdisciplinario de arqueólogos y especialistas en geotecnología, ofrece una nueva estimación de la densidad poblacional en la región central de las Tierras Bajas Mayas durante el periodo Clásico (300–900 d.C.). A partir del análisis de más de 95,000 km² —que abarcan partes de Petén (Guatemala), Belice, Campeche y el sur de Quintana Roo (México)—, los autores proponen una población estimada de entre 9.5 y 16 millones de habitantes, una cifra considerablemente más alta que las estimaciones previas.

Un modelo urbano maya más amplio y estructurado

El estudio revela que el urbanismo maya, lejos de ser limitado a centros monumentales, estaba compuesto por redes densamente organizadas de asentamientos, áreas agrícolas y espacios ceremoniales. Esta forma de urbanismo de baja densidad, caracterizada por estructuras dispersas pero interconectadas, representaba una alternativa compleja y altamente funcional a los modelos urbanos centralizados de otras civilizaciones antiguas.

Uno de los aportes más relevantes de esta investigación es la identificación de un patrón de organización territorial bastante uniforme a lo largo de toda la región analizada. Se observaron núcleos cívico-ceremoniales (plaza groups) de distintas escalas, rodeados de estructuras domésticas, sistemas agrícolas y caminos. Lo notable es que esta estructura no se limita a las grandes ciudades, sino que aparece también en zonas consideradas anteriormente como rurales o periféricas.

Quintana Roo en el mapa del urbanismo clásico

Dentro del área de estudio se incluyeron importantes extensiones del sur de Quintana Roo, en particular mediante el análisis de los datos LIDAR provenientes del proyecto “Alianza EREDD” y del sitio arqueológico de Chactún. Este último, ubicado en la región conocida como Río Bec, ha revelado una de las densidades de ocupación más altas registradas hasta ahora, con más de 110 estructuras por kilómetro cuadrado.

Los datos correspondientes a Quintana Roo contradicen la idea de que el norte del área maya —en la que se incluye este estado— era predominantemente rural o escasamente habitado. Por el contrario, los escaneos muestran una alta densidad de estructuras, extensas obras agrícolas (como terrazas, muros y campos delimitados) y una distribución regular de espacios ceremoniales, incluso en zonas alejadas de los grandes centros conocidos como Calakmul o Dzibanché.

Estos hallazgos sugieren que el sur de Quintana Roo formaba parte activa de una red regional organizada, integrada por comunidades que compartían patrones de construcción, producción agrícola y gobernanza local. La evidencia indica que buena parte de la población vivía cerca de centros administrativos de escala intermedia, desde donde se coordinaban actividades productivas y rituales.

Más allá de las cifras de población, este estudio permite pensar en una civilización maya más interconectada, con niveles de articulación económica y social que abarcan tanto lo urbano como lo rural.

El hecho de que la mayoría de las viviendas estuvieran ubicadas a menos de cinco kilómetros de algún grupo ceremonial refuerza la idea de una red de interacción constante entre las élites locales y las comunidades campesinas.

Implicaciones para el conocimiento histórico y arqueológico

En términos metodológicos, la incorporación de datos LIDAR de uso originalmente ambiental —como los recolectados por la NASA en Campeche y Quintana Roo— demuestra la utilidad de estas fuentes para la arqueología regional. Su análisis ha permitido corregir sesgos previos, ampliar el campo de observación más allá de sitios conocidos y generar modelos comparables entre regiones.

Una nueva mirada al paisaje maya

El sur de Quintana Roo, históricamente menos visible en los estudios sobre los mayas clásicos, se revela ahora como un espacio densamente habitado, articulado con el resto de las tierras bajas y dotado de una infraestructura significativa. Los nuevos modelos de distribución poblacional y organización territorial invitan a reconsiderar el papel de esta región en los procesos políticos, económicos y culturales de la época clásica.

Así, la arqueología aérea no sólo redefine nuestra visión del pasado prehispánico, sino que contribuye a la valorización del patrimonio territorial de Quintana Roo como parte fundamental de la historia mesoamericana.

Referencias

Estrada-Belli, F., Canuto, M. A., Šprajc, I., & Fernández-Díaz, J. C. (2025). New regional-scale Classic Maya population density estimates and settlement distribution models through airborne lidar scanning. Journal of Archaeological Science: Reports, 66, 105288. https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2025.105288